La aparición de los hilos tensores, ha revolucionado la forma de tratar la flacidez facial. Es una técnica no quirúrgica con la que se consigue un importante “efecto lífting” Consiste en la colocación de unos hilos a nivel subcutáneo para combatir la flacidez, el descolgamiento y las arrugas en las zonas que han perdido más firmeza debido a la edad. El tratamiento es rápido, seguro y eficaz. Los filamentos están compuestos por polidioxanona, un material biocompatible que no produce alergias. Con ellos conseguiremos tensar la zona, rejuveneciéndola y mejorando su aspecto.
Al ser un tratamiento natural muy poco agresivo para la piel, supone una inmediata recuperación y unos resultados visibles desde el mismo momento de la colocación de los hilos. El mejor aspecto se alcanza al cabo de 2 ó 3 semanas y el “efecto lífting” puede durar hasta 3 años.
Si estás buscando un tratamiento sin cirugía que te haga desaparecer las arrugas y la piel flácida de tus pómulos, cara, cuello o escote, la técnica de los hilos tensores es la mejor solución para ti. Recupera la armonía y la juventud de tu rostro sin pasar por el quirófano.
Ventajas de los hilos tensores
Lo mejor de este tratamiento es que permite mejorar la apariencia facial con resultados excelentes y una rápida recuperación ya que lo que hacemos es reposicionar volúmenes sin modificar la fisonomía del paciente. Además, se trata de un tratamiento mínimamente invasivo que no deja cicatrices y que sólo requiere anestesia local en los puntos de entrada de los hilos para llevarse a cabo.
¿Cuáles son los resultados?
Es un tratamiento poco invasivo, su aplicación es prácticamente indolora y apenas produce efectos secundarios. Los resultados estéticos son muy naturales y en la mayoría de los casos no deja ningún tipo de marca.
Tratamiento
Duración
Durabilidad efecto
